Le hablé de ti, le conté lo especial que eres para mi de lo mucho que compartes conmigo mis penas y alegrías, lo mucho que me reconfortas y haces que vea mi realidad sin ojos pesimistas.
Le hablé de ti, de lo mucho que te esfuerzas a diario, de tu incansable trabajo por hacer que el resto este feliz.
Le hablé de ti, de lo mucho que pides por otros, dejándote a veces demasiado de lado, sin importarte que tus necesidades queden sin cubrir.
Le hablé de ti y de tus sueños, que muchas veces coinciden con los míos, y lo mucho que te esfuerzas para llegarlos a cumplir.
Le hablé de ti, de tus dones y virtudes, de la tenacidad con la que enfrentas la vida, y como te levantas airoso ante una derrota o un mal dia.
Le hablé de ti, de la admiración que has despertado en mí. De tu forma de ser, de tu forma de sonreír, de tu forma de mirarme, de tu forma de quererme, y de todas esas pequeñas cosas que el creo en ti para hacerte ante mis ojos tan especial.
Le hablé de ti, de lo mucho que significas para mí, de tu constancia y perseverancia, de cómo tu presencia ilumina mis Días
Le hablé de ti, para que te vea siempre con buenos ojos y cuide tu andar, para que siempre premie tu esfuerzo, que los bueno resultados y las ganancias de estos te hagan feliz.
Le hablé de ti, le pedí que nunca te deje, que siempre te guíe, que siempre te reconforte, que siempre te premie, que siempre llene tu corazón, que siempre te dé felicidad y que siempre te haga recordar mi nombre y el corazón que te quiere y se regocija con escuchar tu nombre, tu voz y tu andar.
Le hable de ti y de los sentimientos que has despertado en mi, le confesé lo que mi corazón siente por ti, y le pedí que nunca te aleje de mi.
Le hablé de ti... y de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario